lunes, 2 de noviembre de 2015

La apuesta de Don Juan (Don Juan Tenorio), Zorrilla (4 ESO)

AVELLANEDA
Sabíamos vuestra apuesta 395
y hemos acudido a veros.  
 
DON LUIS
   Don Juan y yo tal bondad  
en mucho os agradecemos.  
 
DON JUAN
El tiempo no malgastemos,  
Don Luis.
 (A los otros.) 
Sillas arrimad.
400
 (A los que están lejos.) 
   Caballeros, yo supongo  
que a ustedes también aquí  
les trae la apuesta, y por mí,  
a antojo tal no me opongo.  
 
DON LUIS
   Ni yo; que aunque nada más 405
Fue el empeño entre los dos,  
no ha de decirse, por Dios,  
que me avergonzó jamás.  
 
DON JUAN
   Ni a mí, que el orbe es testigo  
de que hipócrita no soy, 410
pues por doquiera que voy  
va el escándalo conmigo.  
 
DON LUIS
   ¡Eh! ¿Y esos dos no se llegan  
a escuchar? Vos.
  (Por DON DIEGO y DON GONZALO.) 
 
DON DIEGO
Yo estoy bien.
 
 
DON LUIS
¿Y vos?
 
DON GONZALO
De aquí oigo también.
415
 
DON LUIS
Razón tendrán si se niegan.  
 

 
(Se sientan todos alrededor de la mesa en que están DON LUIS Mejía y DON JUAN Tenorio.)

 
 
DON JUAN
   ¿Estamos listos?
 
DON LUIS
Estamos.
 
 
DON JUAN
Como quien somos cumplimos.  
 
DON LUIS
Veamos, pues, lo que hicimos.  
 
DON JUAN
Bebamos antes.
 
DON LUIS
Bebamos.
420
 

 
(Lo hacen.)

 
 
DON JUAN
   La apuesta fue...
 
DON LUIS
Porque un día
 
dije que en España entera  
no habría nadie que hiciera  
lo que hiciera Luis Mejía.  
 
DON JUAN
   Y siendo contradictorio 425
al vuestro mi parecer,  
yo os dije: «Nadie ha de hacer  
lo que hará don Juan Tenorio».  
   ¿No es así?
 
DON LUIS
Sin duda alguna;
 
y vinimos a apostar 430
quién de ambos sabría obrar  
peor, con mejor fortuna,  
   en el término de un año;  
juntándonos aquí hoy  
a probarlo.
 
DON JUAN
Y aquí estoy.
435
 
DON LUIS
Y yo.
 
CENTELLAS
¡Empeño bien extraño,
 
   por vida mía!
 
DON JUAN
Hablad, pues.
 
 
DON LUIS
No, vos debéis empezar.  
 
DON JUAN
Como gustéis, igual es,  
que nunca me hago esperar. 440
   Pues señor, yo desde aquí,  
buscando mayor espacio  
para mis hazañas, dí  
sobre Italia, porque allí  
tiene el placer un palacio. 445
   De la guerra y del amor  
antigua y clásica tierra,  
y en ella el Emperador,  
con ella y con Francia en guerra,  
díjeme: «¿Dónde mejor? 450
   Donde hay soldados, hay juego,  
hay pendencias y amoríos».  
Dí, pues, sobre Italia luego,  
buscando a sangre y a fuego  
amores y desafíos. 455
   En Roma, a mi apuesta fiel,  
fijé entre hostil y amatorio  
en mi puerta este cartel:  
«Aquí está don Juan Tenorio  
para quien quiera algo de él». 460
   De aquellos días la historia  
a relataros renuncio;  
remítome a la memoria  
que dejé allí, y de mi gloria  
podéis juzgar por mi anuncio. 465
   Las romanas caprichosas,  
las costumbres licenciosas,  
yo gallardo y calavera,  
quién a cuento redujera  
mis empresas amorosas. 470
   Salí de Roma por fin  
como os podéis figurar,  
con un disfraz harto ruin,  
y a lomos de un mal rocín,  
pues me querían ahorcar. 475
   Fui al ejército de España;  
mas todos paisanos míos,  
soldados y en tierra extraña,  
dejé pronto su compaña  
tras cinco o seis desafíos. 480
   Nápoles, rico vergel  
de amor, de placer emporio,  
vio en mi segundo cartel:  
«Aquí está don Juan Tenorio,  
y no hay hombre para él. 485
   Desde la princesa altiva  
a la que pesca en ruin barca,  
no hay hembra a quien no suscriba,  
y cualquiera empresa abarca  
si en oro o valor estriba. 490
   Búsquenle los reñidores;  
cérquenle los jugadores;  
quien se precie, que le ataje;  
a ver si hay quien le aventaje  
en juego, en lid o en amores». 495
   Esto escribí; y en medio año  
que mi presencia gozó  
Nápoles, no hay lance extraño,  
no hubo escándalo ni engaño  
en que no me hallara yo. 500
   Por dondequiera que fui,  
la razón atropellé,  
la virtud escarnecí,  
a la justicia burlé  
y a las mujeres vendí. 505
   Yo a las cabañas bajé,  
yo a los palacios subí,  
yo los claustros escalé,  
y en todas partes dejé  
memoria amarga de mí. 510
   Ni reconocí sagrado,  
ni hubo razón ni lugar  
por mi audacia respetado;  
ni en distinguir me he parado  
al clérigo del seglar. 515
   A quien quise provoqué,  
con quien quiso me batí,  
y nunca consideré  
que pudo matarme a mí  
aquel a quien yo maté. 520
   A esto don Juan se arrojó,  
y escrito en este papel  
está cuanto consiguió,  
y lo que él aquí escribió,  
mantenido está por él. 525
 http://www.anabelenweb.com/TEATRO/TEATROweb/DONJUANTENORIO/DONJUANTENORIOfoto1.jpg 

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